Chelso, una vida nueva por favor

¿Recordais el primer día de colegio de cada año durante toda primaria, e incluso secundaria?. Un montón de bolis nuevos, rotus, estuche, cuadernos y si la cosa iba bien... ¡hasta mochila!. Hoy en día ya no nos ilusionan estas cosas. Pero con “estas cosas” me refiero a que ya no compramos material escolar, nos basta un bic azul o negro y un montón de folios para nuestros preciados esquemas. Por lo demás sigue siendo igual. Seguimos con esa grandísima ilusión por lo desconocido. El objeto ahora es, por ejemplo, un móvil. Nuestros ojos se centran en su tecnología y a partir de ese momento nos evadimos del mundo real para configurar todo tipo de accesorios molones que nuestro anterior teléfono no tenía. Es fácil hacer la comparación de los primeros días de móvil nuevo con las relaciones de pareja. Lo bonito es el principio y no el final. ¿Es entonces cierto que el ser humano que se aferra siempre a lo mismo es menos feliz que aquel que está en continuo cambio?.

Fdo. Aspirante a nuevo móvil.

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