Un capuccino, por favor

Cuando alguien te propone ir a tomar un café, ¿en qué piensas?, ¿en el sabor del café?, ¿en su olor?, ¿en la última cafetería donde tomaste uno? o, ¿en la conversación que vais a mantener?. Es curioso, pero por muchos datos objetivos que pensemos no llegamos a definir claramente nada en nuestra cabeza. Son ideas. Ideas que nos gustan y por eso aceptamos la proposición, o bien, por eso proponemos. ¿Y qué hay de los tipos de café? Ninguno deja el mismo sabor de boca. El café de ponerse al día, el de reconciliación, el de algo que contarte, el de tenemos que hablar, el de estamos todas, el de un viejo amigo, el de una vieja amiga, el de recordar viejos tiempos, o el de recordar la noche de ayer. Cada uno tiene su encanto y si el lugar acompaña mucho mejor. Un sofá entretenido, o una silla que invita a escuchar y a hablar a la vez, una decoración vintage que llama la atención de un modo bastante discreto y unas frases que dan alegría a las cuatro paredes del local. Charlotte franquicias se dispone a ello. Muy recomendable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario